- Pues no decías que
eran dos. –D. PACO-
- La otra vendrá
después. –MARTA-
- Yo opino que el Madu
este puede ser un buen chico y en ser su amigo no hay nada malo, pero tienes
que andar con mucho ojo, tu Marta, eres guapa, simpática y agradable a rabiar,
tienes carrera, trabajo fijo, vamos que para muchos eres una perita en dulce, y
no digamos para Madu. Ándate con ojo y no profundices tanto, sé que eres muy
buena chica, con grandes sentimientos, pero de las buenas chicas se aprovecha
todo el que puede, desde luego si se pasa contigo se las tendrá que ver
conmigo, sabes, bromas aparte, que te quiero mucho, como a una hermana..-FERNANDO-
- Gracias Fernando, no
esperaba menos de ti, Vd. Señora Carmen que opina.
- Pues yo soy muy
drástica, no soy racista y en mi mundo caben todos, pero cada oveja con su
pareja, tienes a Javi, mi hijo, ingeniero industrial, eso sí en paro que es
mejor partido y quererte se yo que te quiere un
montón. Ni que decir tiene que estoy de broma, eres una chica muy
inteligente, siempre te has rodeado de buena gente y no me cabe ninguna duda
que Madu, si es tu amigo, es un buen chico. –CARMEN-
- Y Vd. Dolores que
está muy callada. –MARTA-
- A mí ni me llames de
Vd. que me haces más vieja, además si siempre me has llamado de tu, a ver si
ahora porque seas toda una señorita lista y educada van a cambiar las cosas
entre nosotras, como me vuelvas a llamar de Vd. te doy un sopapo. Yo opino, ya sabéis
que no entiendo de nada, que lo mejor hubiera sido que Madu estuviese aquí
tomando un café con todos nosotros y así le conocíamos y decíamos que ojito con
hacerte daño, que hay mucha gente que te quiere y mucho. –DOLORES-
- Que buena eres, da
gusto hablar con Vd. -MARTA-
- Que te doy el sopapo,
no me llames de Vd.
- Y tu Manuela, qué
opinas.
- Yo no tengo opinión,
solo sufrimiento, no estoy lúcida para dar opiniones a nadie, mi hija se casó
con un buen chico y nuestras bendiciones, de mi marido y mías y mira como se
ven a punto del desahucio, sin trabajo, con dos criaturas y con nuestro piso de
aval, vamos que he venido a tomar café porque me ha mandado ella y no quiero
preocuparla más, pero prefiero no opinar sobre nada, pero por favor seguir con
el tema que por lo menos me distrae y cuando vuelva a casa tendré algo que
contar para no estar pendiente las 24 h. de lo que nos pasa.
- ¿Está Isa en su casa?,
pues dígale que mañana por la tarde me paso y vamos a dar un paseo con los
niños, hace un montón de tiempo que no la veo y tenemos muchas cosas que
contarnos. –MARTA-
- Yo se lo diré hija,
gracias. –MANUELA-
- Yo, como soy tu
madre, mejor no doy mi opinión ya sabe todo el que lo quiera saber que he
intentado educarte lo mejor posible, diciéndote siempre lo que era bueno o malo
y ahora que eres mayor de edad eres tú la que tiene que defenderse en la vida.
–ANGELA-
- Bien, pues ahora va
la segunda historia. Madu es hijo de un embajador en España de su país, tiene
la carrera de periodismo, la hizo en Estados Unidos y aprovechando que su
familia está en España ha venido para hacer un master. Nos conocimos en la universidad
y justo cuando aprobé la oposición y empecé a trabajar es cuando empezamos a
vernos solos, pero eso sí solo como buenos amigos. Su madre es encantadora,
habla español al igual que su padre, los conozco porque he comido un par de
veces en la embajada invitada por ellos y sí, todos ellos me han invitado este
verano a visitar su país y es casi seguro que iré, la verdad es que me hace
ilusión. A Madu le han salidos dos ofertas de trabajo una aquí en España y otra
en Estados Unidos, donde su padre tiene muy buenas relaciones y por supuesto le han ofrecido mejores
condiciones económicas que aquí, pero dice que le da miedo perder mi amistad y
está dispuesto a quedarse unos años aquí en España, a su padre no le hace
demasiada gracia porque dice que las oportunidades pasan una vez en la vida,
pero su madre dice que haga lo que él crea conveniente, que es su vida. Se me
olvidaba, Madu es hijo único.
- Joder con Madu, poco
más y es el hijo del rey de su tribu. –ALFONSO-
- ¡Mira que eres bruto!
–ANGELA-
- Entonces tiene
posibles. –DOLORES-
- Yo no he dicho cuál
de las dos historias es la verdadera, pero ya veo que os gusta más la segunda
que la primera. –MARTA-
- ¡Mujer! de que llegue
a España en patera como Kunta Kinter o sea periodista y su familia diplomática,
me quedo con la segunda eso sin pensarlo. –RAMÓN-
- Y tu Manuela qué
opinas. –MARTA-
- Ya he dicho que no
estoy para dar muchas opiniones, pero la verdad prefiero que sea la segunda
historia y si encima fuera rico y tuviera petróleo en su país, pues mejor que
mejor. –MANUELA-
- Aquí es donde yo
quería llegar, si es un pobretón somos xenófobos y no le queremos, pero si es
pudiente ya la cosa cambia y le aceptamos. Pues sea como sea, os recuerdo que
sigue siendo negro. –MARTA-
- Sí, pero ahora un
poquito menos. -Ríe D. PACO-
- ¡D. Paco! esto sí que
no lo esperaba de Vd. precisamente. –ANGELA-
- Es que se dónde
quiere ir a parar Marta y estoy completamente de acuerdo con ella, por eso he
dejado caer esa tontería, pero estaréis de acuerdo que aunque fuera blanco si
el que sale con nuestra Martita es un matao no nos parecerá bien, pero si tiene
sus estudios y más o menos buena posición nos parecerá de perlas, a que sí. –D.
PACO-
- Claro que sí, tiene
Vd. razón. –DOLORES-
- Pero Dolores, creía
que tú te inclinabas más por el amor que por la condición. –MARTA-
- Mira hija, te voy a
decir una cosa, sabes cómo todo el mundo que yo estuve de emigrante en Suiza
con mi marido y allí éramos menos que nadie y eso hay que sufrirlo, porque en
tu propia patria lo sufres, pero es muy diferente, en cambio he conocido
españoles ricos que vivían en Suiza y los consideraban como al que más, así
que, no es el caso ni mucho menos, porque si el chico no te gusta sea pobre o
rico no te vas a casar con él, creo que te conozco bien, pero como dice Ramón cásate
con Kunta Kinter y verás lo que es bueno o cásate con el hijo de un embajador y
también verás lo que es bueno. Vamos que ya sabéis mi opinión, que yo no
entiendo de nada, pero los emigrantes que no quiere nadie son los que no tienen
ni un duro, pero los emigrantes ricos los quieren en todas partes y aunque no
entiendo de nada ahora sí que se de lo que hablo.
- Pero sácanos de
dudas, que estamos en un sin vivir, es pobre o es rico. –FERNANDO-
- Eso lo tendréis que
descubrir vosotros. –MARTA-