Todos queremos ser
libres, pero ella lo consiguió, vivió y murió como quiso.
Supo codearse con la
nobleza más rancia y convivir con el pueblo llano.
Si algo se la puede
envidiar son sus ganas de vivir y su libertad. Hizo siempre lo que quiso y se
puso el mundo por montera cuando a sus 85 años se enfrentó a hijos, nobles,
reyes y conocidos y se casó con el que hoy es su viudo.
Hizo bien, hizo mal solo ella y Dios lo saben, pero
para los demás nos queda su leyenda y su ejemplo de libertad.
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