- Ayer fui al paro a
solicitar la prestación y la verdad es que me sorprendí, había muy poca gente, me
dijo la chica que me atendió que va menos gente porque ya se les ha acabado
cualquier tipo de prestación y hay millones de personas sin ningún tipo de ayuda.
Me quedé muerto, le pregunté por los cuatrocientos euros que dice el gobierno
siguen dando para ayudar a los más necesitados y respondió que eso es una
mentira, dan cuatrocientos euros cuando se acaba todo durante seis meses, pero
después de esos seis meses no dan nada de nada. –RAMÓN-
- Estamos apañaos, luego
dicen que los parados son unos vagos que no buscan trabajo que cuando se les va
a acabar el paro es cuando todos
encuentran, pues no sé de donde salen entonces los seis millones de parados.
Valientes sinvergüenzas. – FERNANDO-
- ¿Y tú que tal vas con
la ñapas? –RAMÓN-
- Fatal, desde que
hice, hace dos meses, el cuarto de baño a la señora Dolores no he vuelto hacer
nada de nada. –FENANDO-
- ¿Y cómo es que esa
mujer cambio el baño con la edad que tiene y la poca pensión que dice tener? –RAMÓN-
- Pues precisamente por
eso, la pobre tenía bañera y cualquier día al
entrar o salir se iba a matar y ha puesto plato de ducha y como no había
cambiado nunca nada, ya la animé y cambio tuberías, azulejos, sanitarios, en
fin todo completo, pero claro es vecina, anciana y con una pensión de
seiscientos euros, encima al mediodía me daba de comer porque decía que así no comía
sola y yo no tenía que prepararme comida, vamos que se ha portado conmigo como
una madre, así que tu verás no he tenido valor para cobrarla lo que Dios manda,
le he cobrado algo simbólico y ahora estoy a verlas venir. –FERNANDO-
- Pues estamos bien.
–RAMÓN-
- Incluso la pobre me
compró una camisa en el rastrillo de los martes, la regañe y me dijo que como
era soltero me veía como un hijo y que le había hecho mucha ilusión, así que
como para abusar, es una mujer más buena que el pan, que pena que no tenga
hijos ni a nadie. Ya le he dicho si se pone mala que me avise y la acerco con
el coche al médico, que para eso estamos los vecinos. –FERNANDO-
- Pues como hagas esos
negocios con todo los clientes vas a terminar en un albergue- –RAMÓN-
- Ya, luego dicen que
en época de crisis la gente aguza el ingenio, en qué hora se me ocurriría
hacerme autónomo, ahora ni paro ni nada, a pasar calamidades, menos mal que el
piso le tengo pagado. Por cierto se me ha ocurrido una idea, a ver qué te
parece, he pensado que me voy a anunciar en el barrio para cualquier tipo de
trabajo –FERNANDO-
- ¡Coño! No te irás a
meter a chapero. –RAMÓN-
- ¡Cuidao que eres
bruto! Lo que he pensado, porque me he dado cuenta con la señora Dolores, que
hay mucha gente que no puede colgar un retrato de sus nietos en la pared, que
no pueden quitar las cortinas para lavarlas, no pueden fregar los cristales o
ventanales de la terraza, en fin un montón de pequeñas cosas que por la edad o
por enfermedad no pueden hacer, entonces me voy a ofrecer para hacerlas yo,
aunque cobre poco por lo menos sacar para comer. Ahora de estos pequeños
trabajos no declaro ni un céntimo a hacienda. –FERNANDO-
- ¡Hala!, otro a robar
lo que pueda. –RAMÓN-
- ¿Robar? De verdad tú
crees que eso es robar. Robar es lo de Urdangarin, lo de Bárcenas, lo de Arturo
Fernández, lo de su cuñado el Díaz Ferrán o como se llame, pero lo mío, eso es
pura supervivencia. –FERNANDO-
- ¡Joder como te
pones! Si lo sé no te digo nada, era
broma coño, era broma. –RAMÓN-
- Ya, es que estoy
hasta los cojones de unos y otros, parece
que los autónomos somos todos millonarios, tu bien sabes que me tuve que
hacer autónomo a la fuerza porque J.R. me daba trabajo, pero sin seguridad social y
me obligaba a ser autónomo y como no tenía otra cosa no tuve más remedio. Habrá
autónomos como J.R. que son millonarios, pero los que hacíamos el trabajo de
verdad somos y seremos siempre unos pringaos. –FERNANDO-
- Pues ten cuidado y te
lo digo solo para que lo sepas, no
arremetas contra mí que yo estoy de tu lado, soy amigo, quieren denunciar a los
falsos autónomos. –RAMÓN-
- Claro, y a los que
hacen horas en negro, lo que ellos llaman en B, cuantas horas no has echado tú
a lo largo de tu vida, cuantas te han metido en nómina. –FERNANDO-
- Ninguna. –RAMÓN-
- ¿Y porque?. –FERNANDO-
- Pues porque si no las
hacías ibas a la puta calle. – RAMÓN-
- Pues eso que nos
persigan a nosotros que lo tienen fácil. Como esto siga así voy a terminar tirándome
desde la terraza. –FERNANDO-
- ¡Para hombre! Que Dios
aprieta, pero no ahoga. Antes acaba esto en guerra que nosotros suicidándonos,
faltaría más. –RAMÓN-
- Anda invítame a una
caña para celebrar que ya estás en el paro, que me voy a comer. –FERNANDO-
- Encima de parao,
paganini, no te digo. –RAMÓN-