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martes, 10 de mayo de 2022

PIVOT MI POLLITO (Continuación)

 

La abuela le advirtió que quedaban tres por salir y le podía gustar otro, pero ella insistió en que no, que era ese el que quería.

 

Preguntó Raquel que pasaba con los otros huevos y la abuela dijo que podían salir a lo largo del día o quizás a otro.

 

Raquel se adueño del pollito y le llamó “Pivot” pues como era tan alto le recordó enseguida los jugadores de baloncesto y se le llevó a casa de su abuela. No obstante no dejó de vigilar a Betty hasta que dos días después nacieron los otros tres pollitos que faltaban, a estos los tuvo que ayudar Betty a romper el cascaron pues estaban más débiles y ellos sólitos no podían.

 

Betty los cuidaba amorosamente, los llamaba con su cacareo y acudían detrás de ella por todo el corral, comiendo lo que su mamá les señalaba, alguno de ellos estaba muy débil y la abuela les dio una bolita de pimienta para que atiesaran más rápidamente. Si presentía algún peligro abría sus alas y los pollitos se cobijaban bajo ellas para protegerse.

 

Raquel estaba encantada con esta experiencia y se pasaba gran parte del día en el corral, pero ella tenia que cuidar a Pivot, en cuanto llego a casa de su abuela le puso en  una caja de zapatos y le dio leche con miga de pan, su abuela se reía pues no era muy adecuado lo de la leche para un pollo, la indicó que debía darle miguitas de pan, sin leche, granitos de arroz, incluso triturados ahora al principio y granitos de trigo. Por la noche tapaba la caja con su tapa donde había hecho unos agujeros para que Pivot pudiera respirar.

 

Enseñó el pollito a sus amigas y a todo el pueblo, pues cuando iba a la compra con su abuela o con su mamá se le llevaba y todo el mundo conocía a Pivot.

 

Mientras, Betty paseaba por el corral con sus pollitos detrás los cuales parecía que crecían más que Pivot.

 

Raquel un buen día no se le ocurrió, para que Pivot estuviera guapo,  más que pintarle con acuarelas lunares verdes sobre su plumaje amarillo y llevarle para que le viera Betty, está al verle tan raro le pego un picotazo y Raquel se le llevó corriendo y le baño en un cubo de agua con un montón de espuma, el pobre Pivot no ganaba para sustos con la niña, esta quería hacerlo tan bien que poco más y le mata.

 

Su abuela le regaño y le dijo que como se portara a sí con el pollito le devolvería al corral con Betty que seguro le cuidaría mejor.

 

Desde ese día Raquel se tomó muy en serio su cuidado y le trataba muy bien, incluso le llevaba a ratos al corral para que viera a su mamá. Betty lo agradecía e incluso parecía que charlaba con Pivot, pues ella cacareaba y Pivot piaba, daba gusto verlos juntos.

 

Otro día para que le viera Betty guapo le puso un lazito negro en el cuello que tenia de un muñeco. La verdad es que estaba elegante y guapetón pensó Raquel al verle.

 

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