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lunes, 18 de abril de 2022

LA PRINCESA ALAFER - 2ª Y ÚLTIMA PARTE.

 

Todos quedaron muy sorprendidos de su petición, pero el Rey no podía negárselo y decidió que en el plazo máximo de un mes estaría todo dispuesto para su partida.

 

            Todo ese mes lo pasó Alafer escogiendo el personal de su Corte, ejército y sirvientes.

 

            Llegó el día de su partida y el Rey se despidió de Alafer con lágrimas en los ojos, prometiendo la princesa que volvería si la necesitaba y que estarían en continuo contacto.

 

            Cuando llegó, Alafer lo primero que hizo fue dictar bandos invitando a todos sus súbditos a participar en las fiestas que había programado para festejar su llegada.

 

            El tiempo pasaba y Alafer ayudada por un Consejero de confianza gobernaba bastante bien y era muy querida por su pueblo. El Rey que estaba al corriente de todo se sentía muy orgulloso de su hija.

 

            Pero llegó un día en que su Consejero sobornado por el Jefe del ejército empezó a cobrar tributos abusivos al pueblo, con la intención de enriquecerse a sus espaldas.

 

            Lógicamente cobraban los tributos en nombre de la princesa y al que no podía pagar le castigaban duramente.

 

            El pueblo que amaba a su princesa empezó a volverse contra ella, hasta que se sublevó.

 

            La princesa, al fin enterada de todo, no podía aplacar la sublevación por lo que tuvo que pedir ayuda a su padre.

 

            El Rey al frente de su ejército partió en ayuda de su hija y en poco tiempo todo estuvo en orden.

 

            Así aprendió Alafer que no se podía fiar de cualquiera y desde entonces escogió mejor a su personal de confianza.

 

            Años más tarde el Rey abdicó en ella, pasando a gobernar todo su inmenso reino, siendo siempre justa y bondadosa.

 

 

           

 

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