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¿Y Betty
se va a poner malita?
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No, lo
que pasa es que para darlos el máximo de calor habrá días en que no se levante
ni para comer, ni beber, solo cuando lo necesite mucho.
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Pues
podemos colocar comida y agua delante de ella para que no se mueva y pueda
comer.
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Me parece
una idea estupenda.
Fueron al corral colocaron ocho
huevos y se salieron.
Betty fue de un lado para otro, pero terminó colocándose encima de los huevos.
Al
día siguiente Raquel coloco un recipiente con comida y otro con agua delante de
Betty para que no tuviera que moverse e incubara lo mejor posible los huevos y
marcó el primer día en el calendario.
Los días pasaban muy lentamente
para Raquel que estaba ansiosa por ver los pollitos, mientras tanto cuidaba lo
mejor que podía a Betty, aunque a veces se levantaba para picotear por el
corral y hacer sus necesidades, y marcaba los días en el calendario.
La niña hizo prometer a su abuela
que uno de los pollitos seria para ella.
Cuando llegó el día 20 Raquel no
salía del corral, observando todos los movimientos de Betty y esperando el gran
momento.
Por fin el día 21 Betty se puso
algo inquieta, se ahueco para un lado y los huevos empezaron a vibrar. Raquel
llamó a gritos a su abuela, la cual acudió rápidamente y le dijo que había
llegado el gran momento.
Los huevos vibraban porque los
pollitos intentaban con su pico romper el cascarón para poder salir, lo
consiguieron cinco, Raquel estaba muy nerviosa y tenía los ojos desorbitados,
era un espectáculo único, los cascarones a medio romper y los pollitos saliendo
a tropezones como si estuvieran adormilados, todos eran amarillos, con un
plumaje como pelusita, uno de los pollitos destacaba por su estatura,
sobresalía la cabeza por encima de todos, Raquel enseguida dijo ¡ese es mi
pollito!
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